Abro los ojos lentamente. Veo que las cortinas de la habitación están corridas y tengo a Massimo envuelto a mi alrededor.
Desde ayer. Después de la visita a la doctora solo se ha dedicado a cuidar de mí, después de desvestirnos nos metió a la cama y nos quedamos abrazados hasta que el sueño me venció. Me doy la vuelta entre sus brazos y lo miro dormir.
Me quedo mirándolo y no puedo evitar que mis ojos se llenen de lágrimas. El terror que siento amenaza con ahogarme.
Mi vida está a punto de cambiar, la familia que soñé se puede ir al traste en cualquier momento.
Los brazos de Massimo se aprietan a mi alrededor antes de dejar un beso en mi frente aún sin abrir sus ojos
—Todo va a salir bien—dice en voz baja—Vamos a estar bien—abre sus ojos y me mira con intensidad
—Estoy muy asustada—susurro La última vez que me hice el chequeo todo estaba en orden y ahora esto
—El lunes iremos a que veas al doctor—asiento
—¿Qué haremos si tengo cáncer otra vez Massimo? —pregunto. Su agarre se aprieta m