-Leo… deja que tu hermana coloque la estrella, tú lo hiciste el año pasado- Dijo Selene mientras miraba por el visor de la cámara de fotos a sus dos hijos y a su esposo.
El chico hizo puchero, pero cuando vio los grandes ojos negros y brillantes de su hermanita de tres años, supo que no podía negarse a esa mirada compradora que él mismo le había enseñado a utilizar- Está bien- dijo dándole a la pequeña el adorno final que faltaba para que el gran árbol de navidad estuviera completo.
-Déjame que te ayude, Cielo- Dijo Hermes tomándo a la niña por la cintura y alzándola hacia la cima del arbol para que la colocara.
-Esperen…- Dijo Selene acomodando la cámara y poniendo el temporizador. Luego corrió a reunirse con ellos- ¡Sonrían!-
Sus dos hijos y su esposo sonrieron a la cámara, y finalmente Cielo puso la estrella, algo chueca, pero perfecta.
-¡Ahora las luces!- Exclamó Leo, apretando el botón de encendido. El árbol brilló hermosamente, llenando los ojos de la niña de pequeños destell