La puerta de la habitación de Ágatha se abrió de golpe.
-¡Sele! Volviste temprano- Exclamó Agatha, quien había estado jugando a los videojuegos con el niño para distraerlo- No pude hacerlo dormir, quería jugar conmigo. Rió divertida, ero su amiga no se rió- ¿Le han dado el alta al señor?
-Leónidas…- Selene no dejó de mirar fijamente a su amiga mientras decía esto.- Vete a jugar con tus primos.
-Pero mamá, estábamos en medio de una partida.
-No lo voy a volver a repetir.
El niño tragó saliva pesadamente, su madre nunca había usado un tono autoritario con él. No dudó en soltar el control de la consola y hacer lo que su madre le ordenó sin protestar.
La puerta se cerró con fuerza, dejando a ambas mujeres solas en el cuarto- ¿Todo está bien Sele?- Agatha apagó la televisión y luego se acercó a su amiga para abrazarla, como siempre había hecho.
-No me toques- sentenció con crueldad estirando sus brazos como una barrera entre ellas.
Agatha retrocedió sorprendida. Nunca había visto u