Rodrigo Montalban
Me sorprendí cuando me pidieron que fuera a la dirección. No creía tener problemas porque últimamente me había comportado bien.
Tengo deseos de asesinar a alguien luego de saber que me condenaron injustamente. Quise morir cuando escuché la sentencia de diez años, pero no he formado ninguna pelea.
Diez años, sin mi Elizabeth y sin mis hijos. Antes de ese castigo, prefiero la muerte, pero soy consciente de que si muero iré al infierno debido a que fui una basura y nunca más veré a mi ángel.
No importa lo que tenga que sufrir, debo aguantar por ellos. Algún día saldré y veré esos ojos hermosos color cielo, tocaré esa piel de porcelana y volveré a probar esos labios que son mi adicción.
La esperanza de volver a verla es lo único que me queda.
Cuando entré a la dirección, la directora me informó que tenía una llamada.
Nunca me habían llamado en la dirección. Estaba desconcertado y aterrado; solo esperaba que Ellie y mi madre estuvieran bien.
—Ro —pronunció Camilo, mi me