Este capítulo contiene escenas fuertes de sexo y violencia.
Se recomienda la discreción del lector.
***
Alexis:
No hay dicho más verídico:
“ Quien da pan a perro ajeno, pierde el pan y pierde el perro.”
Chucho traidor.
Acercándome a Nikita, la ayudé a recoger del suelo el reguero que dejó Sofía en su ciega desesperación por desaparecer con el lobo.
—Esto es de tu esposa.
—¿Qué tal el paseo?- pregunté y Nikita asintió. Haciéndome saber que había cumplido su parte de nuestro acuerdo.
Milia y Licia entraron por la puerta, y la pelirroja se me acercó, sonriéndome ampliamente.
—Bienvenido a casa mi Don.- Susurró, sin quitarme la vista de encima.
Le entregué una sonrisa débil y me giré sobre mis talones.
—Refréscate y ven a verme al despacho, hay algo de lo que quiero hablarte.
Licia asintió, continuando su camino en dirección a las escaleras.
Nikita se había esfumado, sin embargo yo ya sabía lo que quería saber.
¡Italiana del demonio!
¡Le traigo el perro de vuelta y ni un