Liberty dijo, —Tendré cuidado. No tenéis que preocuparos demasiado por mí.
Liberty llevaba un día muy ajetreado y donde más entraba y salía era en su empresa y en el Hotel Viva.
Y su empresa era más segura que el Hotel Viva.
El hotel estaba abierto al público, y con tanta gente entrando y saliendo todos los días, de todas partes del mundo, era más fácil para que el asesino se escondiera.
—Mi tía me envió un mensaje, voy a hablar con ella primero.
—De acuerdo, Liberty, tienes que tener cuidado.
—Entendido, lo haré.
Liberty colgó rápidamente y habló con Audrey por teléfono.
Serenity, que estaba en la Villa de la Avena, no sabía por el momento qué había pasado con la Ciudad Río.
A los ancianos les gustaba tanto el paisaje de la Villa de la Avena que al principio, iban a comer allí, pero como codiciaban el hermoso paisaje de la villa, y la vieja señora York los retenía varias veces, iban a quedarse en Villa de la Avena unos cuantos días.
Cuando se reunían las personas de la misma generació