Capítulo 3225
A pesar de lo que dijo la abuela, Arturo le limpió el taburete.

—Abuela, ni siquiera hace falta salir de la villa para saber lo que pasa.

La anciana echó la mirada a su nieto y contestó sonriendo: —No me adules. Dime, ¿qué tiene de malo Doris?

—Doris es a buena, nunca dije que fuera mala e intenté quererla pero no pude, y se enamoró de mí e incluso vino aquí desde la lejana Maricia para verme.

—Ella decía que yo le tomaba el pelo y no la tomaba en serio, pero en realidad no la quería.

Arturo dijo inocentemente.

Comía la carne asada mientras hablaba.

—La elegiste, abuela, y tengo que admitir que es muy buena para mí, no la odio, es sólo que cuando estoy con ella siempre siento que falta pasión entre nosotros. Hace tiempo que me obligué a estar con ella, abuela, y puedo decirte con certeza que no me enamoraré de ella.

—Por supuesto, si no tuviera a alguien a quien amara de verdad, podría casarme con ella y pasar el resto de mi vida.

—Continúa. —dijo la anciana.

Después de una pausa, Artu
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