Capítulo 3218
Los dos tomaron el desayuno y luego se marcharon de la suite presidencial.

El mayordomo arreglaría la suite para que la próxima vez que Zachary se registrara todo estuviera como siempre.

Doris regresó a su habitación y se volvió a dormir.

Arturo llamó a la abuela. Cuando la abuela contestó al teléfono, él preguntó: —Abuela, ¿dónde estás?

—En Villa de la Avena, ¿qué pasa? ¿Me echas de menos? Pues vuelve y come conmigo.

La anciana dijo y añadió: —Estoy asando carne. El pescado ya está asado, huele muy bien.

—Abuela, ¿estás asando el pescado para comer temprano por la mañana?

—¿No puedo? Ya son más de las nueve, el sol está saliendo muy alto, no es nada temprano por la mañana.

—Hoy ha subido bastante la temperatura, así que unos amigos y yo hemos ido a pescar, y hemos asado el pescado cazado para comer, como en un picnic, muy relajante.

Arturo se lo imaginó.

Al pie de la montaña había un río, con agua transparente y muchos peces y gambas.

La abuela a veces llamaba a las madres de algunos
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