En la Suite Presidencial de Hotel Viva.
Liberty y Luna estaban sentadas en el sofá del salón y Kevin se ocupaba de traerles agua y fruta.
—Liberty, si no te importa, puedes quedarte en mi casa. Vivo sola y hay muchas habitaciones vacías, podemos hacernos compañía.
Luna quería invitar a Liberty a alojarse en su villa.
Liberty la miró y sonrió, contestando con cortés: —Si me quedo en tu casa, seguramente los paparazzi harán circular rumores de que la relación entre Kevin y tú se está rompiendo, y posiblemente que Kevin tiene una relación unilateral y que a ti te gustan las mujeres o algo así.
Luna se quedó sin habla.
Seguía disfrazada de hombre, y si Liberty se quedaba en su casa, efectivamente sería muy fácil causar malentendidos y problemas innecesarios.
Liberty acababa de llegar a la Ciudad Río, y no sería bueno para ella que demasiada gente le guardara rencor.
Luna tenía demasiadas admiradoras, y si no lograban vencer a Kevin, podrían dirigir su atención hacia Liberty.
—Luna, como la