—Isa, por favor, dame un momento, llamaré a mi mamá enseguida.
Callum le dio un beso en la mejilla a su prometida y luego llamó a su madre a toda prisa.
Isabel tardó un rato en contestar a la llamada.
—Mamá, ¿estás libre?
Isabel le contestó que sí y dijo: —Acabo de despertarme, hoy no tengo planes. ¿Qué te pasa? ¿Necesitas mi ayuda?
Cuando su hijo era mayor, ya no necesitaba la ayuda de ella y su marido.
Isabel hacía tiempo que había probado qué se sentía al no ser necesitada por su hijo.
—Isabela y yo queremos ir al registro civil antes del mediodía para inscribir nuestro matrimonio, y no llevo el carnet, si papá o tú tenéis tiempo, ¿podríais traérmelo? O mandar a cualquiera. Iba a volver a recogerlo, pero entonces habría que retrasar el trámite hasta la tarde, y no quiero retrasarlo.
Si no fuera porque no llevaba el carnet de identidad, Callum habría ido inmediatamente a registrar su matrimonio con Isabela.
Después de enamorarse de Isabela, había estado deseando que llegara este día.