Le pidió al camarero que atendiera a Chelsea y su esposo.
Serenity aprovechó para preguntarle a su hermana: —¿Chelsea vino sin invitación o la invitaste tú?
—No la invité.
Respondió Liberty con calma: —No pasa nada. No los ahuyentaré por el bien de Sonny.
«Como mujeres, debemos ser más listas cuando elegimos marido.»
«De lo contrario, como yo, me casé con un cabrón y provocando que mi hijo tenga parientes tan molestos.»
—Hermana, noté que la expresión de Chelsea era muy reacia cuando te entregó el regalo.
Serenity se rio: —Al ver su expresión renuente, quise reír. Ella podría haber pensado que no aceptarías su regalo.
Liberty también sonrió y dijo: —Ese fue un regalo de los abuelos de Sonny y Chelsea se lo trajo. No pagó ni un centavo. Es un juego de joyas. A Chelsea le gusta mucho aprovecharse, así que, por supuesto, no quiere dármelo.
—Ella espera que si no acepto el regalo, pueda conseguir el juego de joyas y decirles a sus padres que lo acepté.
Serenity respondió: —Ni siquiera espe