Zachary levantó la mano y le acarició la cara mientras cogía el ramo que ella le entregaba.
—¿Te has dado cuenta de que me has hecho enfadar?
Serenity sonrió tímidamente y contestó: —Claro que lo sé.
Miró hacia los guardaespaldas y dijo: —No pasa nada, seguid con lo que tenéis que hacer.
Los cuatro guardaespaldas miraron a Zachary.
Estaban preocupados de que Zachary les reprendiera. En ese momento, Serenity explicó por ellos: —Sucedió de repente, además Isabela tenía una sonrisa en la cara cuando hablaba con esas personas, vosotros pensasteis erróneamente que se conocían, lo cual es totalmente normal, nadie hubiera pensado que habría un repentino cambio de parecer.
—No se les puede culpar de este incidente. Querida, no les culpes a ellos.
Tras escuchar las palabras de Serenity, Zachary les dijo en tono serio: —En ese caso, ocupaos de vuestros asuntos.
—Gracias, señora.
Los cuatro guardaespaldas agradecieron a Serenity.
Serenity dijo a los dos guardaespaldas de Isabela: —Vosotros volved