Liliana anotó el número de teléfono de Serenity, preocupada por si el número que le había dado era falso, lo marcó directamente enseguida hasta que Serenity sacó su celular y le mostró el identificador de llamadas.
Sólo entonces Liliana colgó y dijo con una sonrisa: —Señorita Hunt, ahora me voy, nos vemos en otro momento.
—Adiós.
Serenity, mirando a Liliana entrar en el coche y agitarle la mano mientras le saludaba, le dijo: —Señorita Dawsons, la próxima vez, por favor, aparque el coche en una plaza de aparcamiento y no aparque así al azar.
—Menos mal que era mi coche el que bloqueabas esta noche. Soy tolerante, no me enfadaré contigo. Si le estuvieras bloqueando el paso a mi marido, el coche tuyo estaría desguazado.
Liliana contestó: —Vale, esta vez me equivoqué, lo recuerdo y lo siento.
Serenity sonrió y contestó: —No pasa nada. No me voy a enojar contigo por que aparques el coche imprudentemente una vez. Ten cuidado en la carretera.
Liliana agitó casualmente la mano y se marchó.
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