Ya eran marido y esposa bastante familiares.
Un rato después, Serenity salió de su habitación, vio a la anciana que seguía fingiendo sacar la caja buscando sus gafas inexistentes, y le dijo.—Abuela, olvídelo si no lo encuentra, le llevaré a comprar unas gafas nuevas.
—Está bien, entonces no las buscaré. Me estoy haciendo vieja y no tengo buena memoria, pero las puse obviamente aquí y ahora no las encuentro, ¿les crecieron piernas y se escaparon solas?
—Puede que le crecieran alas y se convirtiera en mariposa y se fuera volando.—dijo Serenity y se rió.
—No la vi convertirse en mariposa y salir volando.—dijo la anciana lamentablemente.
A Serenity le hizo gracia la anciana.
—Abuela, ¿cuándo volvió usted anoche?
—Volví antes que vosotros. Anoche me acosté tan temprano que ni siquiera supe cuándo volvisteis.
Serenity no estaba muy convencida, pero no dijo nada más.
Después de que los tres desayunaran, la anciana dijo que iba a charlar con su amiga del barrio y salió, y Zachary acompañó ento