Capítulo XVIII

Lisa sabía que eso era un sueño lejano, muy lejano, salir de allí, sólo lo haría cuando no sirviera más para el trabajo si no moría antes. Las noches, el trato con los hombres, el cansancio haría estragos en su cuerpo y envejecería antes de tiempo. Todavía era joven, pero eso no duraría para siempre, y cada día venían chicas más jóvenes y ellas tenían que estar a punto, pero era difícil competir con la juventud. Lanzo lo lo que quedaba del cigarro y se fue adentro, Montserrat seguia en silencio, ella la miro y dijo

-Vamos – la chica se levantó y fueron adentro.

Antonella hizo caso omiso al pedido de su padre ni siquiera mostró interés, ese día a la noche habló con Marcos.

- ¿Mañana se va tu hermana? -

-Así es – respondió Marcos sin mirarla, acto seguido preguntó

- ¿Irás acompañarla? -

-No quiere – hubo un silencio y añadió – pero de cualquier forma iré a despedirme de ella en el aeropuerto - Antonella se puso molesta y alude

- ¿Porque te rebajas? -

Marcos la miró perplejo y ex
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