El gobernador hablaba con su hijo Leonel.
- ¡Un joven brillante y con gran prestigio está haciendo una mala elección en cuanto a su compañera de vida! - carraspeo - ¡espero Leonel que eso no te suceda a tí que el amor no te ciegue, mira su hermana toda una damita una candidata ideal! -
Leonel escuchaba hasta que responde con cierta convicción en su voz
- ¡A veces el corazón puede más que la razón! -
¿Aun cuando el corazón te pueda lanzar al abismo? - su hijo se le quedó mirando a Delfina que bailaba mientras que conversaba con otro joven
- ¿Escuché que vas a la secundaria todavía? -decía el joven en aquel momento
- ¡Así es, me falta un año para terminar! -
- ¿Y después que harás? -
- ¡Bueno, no lo sé todavía! Dijo riendo Delfina y siguieron bailando. Hubo un corte en la música y Leonel sólo dijo
- ¡Permiso! - y se Antonella Y Marcos bailaban todos observaban sus movimientos, ellos había que estaban siendo observados por todos y todas, pero aun así siguieron sin importar