Valentina observaba las intenciones de los presentes y lo tenía todo claro. Miró a Aitana, quien, rodeada por la multitud, mantenía una sonrisa adecuada en su rostro, mostrando una mezcla de inocencia y modestia, como si realmente no supiera cómo manejar la situación, escondiendo bien su orgullo y vanidad.
Valentina no pudo evitar soltar una risa fría, casi lamentando haber subido a tocar esa pieza. Hubiera preferido irse a casa antes que compartir otro momento con Aitana y soportar su presencia.
Esa risa fría de Valentina encendió la furia de Aitana. Al ver que Valentina se marchaba, la expresión de Aitana se ensombreció; mordiéndose el labio, mostró una cara de aflicción como si hubiera sido profundamente herida por el desdén de Valentina.
Charles, queriendo defender a Aitana, se acercó con intención de confrontar a Valentina. Pero antes de que pudiera hacer algo, Alonso y Santiago, que estaban a punto de intervenir, vieron cómo Valentina se defendía por sí misma, agarrando la muñeca