Cuando Blanca estaba dispuesta a contestarle al mayordomo Mauro, llegó Andres y con mucho caracter lo puso en su lugar, dejándole en claro quien mandaba ahí.
— ¿Desde cuándo te tomas el atrevimiento de investigar a quién monto o no en mi carro Mauro? ¿Acaso debo yo consultarte antes de salir con alguna chica?
— Señor Andres, yo solo quería... (Andres lo interrumpe)
— ¡Shhh! ¡Calla! Que no vuelva a ocurrir Mauro, recuerda que eres reemplazable, si se fue Vanessa creeme que tu podrías ser el próximo.
Cabizbajo y con mucha rabia, Mauro se apresuró en salir de la cocina a atender a sus principales jefes, los padres de Andres y Blanca de inmediato sintió mucho alivio.
Extrañamente, Andres se acercó a Blanca en presencia de Petra y le robó un gran beso, a lo que la viejita Petra reaccionó soltando fuertes carcajadas.
— Este muchacho, no pierde la costumbre— Murmuró Petra a voz baja mientras que hacía su trabajo como si nada hubiera ocurrido.
Blanca (apartándolo con mucho enojo e impresión)