63. Tentada
Nuria
Me desperté con la sensación de estar atrapada.
Mi cuerpo estaba envuelto en algo cálido, firme… y vivo.
Tardé unos segundos en entender qué era aquello. Mis sentidos aún estaban lentos, como si mi cerebro estuviera en una niebla. Pero bastó con abrir los ojos y sentir el leve roce de su respiración contra mi nuca para comprender.
Estábamos acostados de lado, y yo estaba encajada entre sus brazos, de espaldas a él, completamente envuelta en su cuerpo como si él me hubiera moldeado durante la noche. Su pierna estaba entre las mías, su pecho pegado a mi espalda, y su brazo pasaba por encima de mi cintura con una fuerza posesiva incluso dormido.
No podía moverme.
Pero no porque él me lo impidiera.
Era lo opuesto.
Era como si mi cuerpo no quisiera salir de allí.
Respiré hondo, y el aire vino cargado de su olor. Tan familiar ahora que me causaba un calor extraño en el estómago.
Me removí un poco, intentando buscar un poco de espacio… y fue entonces cuando lo sentí.
Él.
Su miembro, fi