Kiara

Me puse la blusa despacio, aún con una sonrisa tonta en los labios. Jason se arreglaba los pantalones, pero sus ojos no se despegaban de mí.

Cuando me di la vuelta para ponerme las botas, oí su voz ronca y decidida detrás de mí:

"Voy a acompañarte de vuelta."

Miré por encima del hombro, arqueando una ceja.

"No hace falta. Sé cuidarme sola."

Él se cruzó de brazos, una media sonrisa surgiendo.

"No hay trato. Voy y punto."

Solté una risa baja, negando con la cabeza.

"Ni siquiera sabes por dónde vine. El camino no es lo que imaginas."

Él frunció el ceño, confundido.

"¿Cómo así?"

Me giré hacia él, la mirada traviesa.

"Puedes acompañarme hasta la entrada del bosque. Luego vuelvo por los tejados... de la misma manera que vine."

Jason soltó una carcajada, avanzando hacia mí con un brillo divertido en la mirada.

"¿Por los tejados? ¿Por qué viniste por los tejados, Maldición?"

Antes de que pudiera responder, me agarró por la cintura y selló mis labios con un beso lento y profundo, que hiz