231. No estaba en mis planes
Diana
"La Alfa Suprema se acerca a la frontera, señora".
El soldado se detuvo frente a mí, inclinando la cabeza con respeto. Mi sonrisa se abrió lentamente, como una hoja desenvainándose.
"Perfecto", murmuré. "¿Todo está en su lugar?"
"Sí, señora. Las trampas están colocadas. Los exploradores, dispersos. Nadie entra o sale sin ser detectado".
"¿Estás seguro de eso?", mi voz cortó el aire como una cuchilla. "Porque la última vez que me dijeron eso, ¡perdimos una base entera! Quiero nombres, quiero la ubicación exacta de cada trampa y quiero un informe cada quince minutos. ¿Entendido?"
El lobo tragó saliva. "S-sí, señora".
Me di la vuelta sobre mis talones, mi vestido ondeando violentamente. El gran salón de la Eclipse bullía de tensión y movimiento. Los lobos corrían en todas direcciones, empujando armas, mapas, cajas con munición de plata, detonadores. Gritos se cruzaban. Las órdenes resonaban. Pero aún así, no era suficiente.
Nada era suficiente.
"¿Por qué el ala este sigue sin refue