176. El miedo a perder
Nuria
La habitación parecía hacerse más pequeña a cada minuto.
Caminaba de un lado a otro, sintiendo el piso frío bajo mis pies, intentando sofocar el impulso de bajar las escaleras y enfrentarlo de nuevo.
¿Por qué lo acepté tan fácilmente?
¿Por qué no grité? ¿No lo golpeé? ¿No lo hice tragarse cada palabra cruel que me lanzó?
La verdad era demasiado amarga para ignorarla.
Lo sabía.
Yo ya había estado exactamente donde él estaba ahora.
Conocía ese dolor desesperado, esa sensación de que nada ni nadie sería suficiente para llenar el vacío que la pérdida dejaba.
Entonces, por mucho que mi loba exigiera una reacción, por mucho que cada fibra de mi cuerpo quisiera presionarlo para que viera lo que estaba haciéndonos... lo entendí.
Y aún así...
¿Por qué este vacío dentro de mí parecía crecer?
Le dije que esperaría.
Le dije que estaría aquí.
Pero una parte de mí gritaba en silencio, suplicando que él viniera. Que luchara por nosotros. Que recordara lo que habíamos construido, antes de que t