Nuria

"No necesito convencerlos." Verónica cruzó las piernas con elegancia, el tono tranquilo como si estuviera comentando sobre el clima. "Solo necesito mostrar los hechos. El resto... se encarga solo."

Stefanos seguía de pie, brazos cruzados, la mirada clavada en ella como si fuera capaz de despedazarla solo con la fuerza de su voluntad.

"Eso es exactamente lo que cualquier mentiroso bien entrenado diría antes de envenenar una sala entera", replicó él, frío como el hielo.

Verónica soltó una risa baja, leve, insolente, afilada.

"Ah, Alfa Varkas... la belleza de sus amenazas está siempre en el detalle. Casi poética." Ella suspiró, pasando los ojos por sus propias uñas con la tranquilidad de quien no tenía dos depredadores listos para atacar. "Pero siento decepcionarte: no vine hasta aquí a rogar por confianza. No necesito ser aceptada. Solo necesito un aliado. Y créeme... estás lejos de ser mi única opción."

"¿En serio?" Stefanos arqueó una ceja, avanzando dos pasos, la mirada afilada