Nuria

"Buenos días."

Mi voz salió baja, pero aun así resonó por la enfermería silenciosa. Jenna y Rylan se giraron al mismo tiempo, como dos adolescentes pillados in fraganti.

"Nuria, hola...", respondió Jenna, algo tensa, pero con esa sonrisita tonta en los labios que no engañaba a nadie.

"¿Puedo quedarme aquí con ustedes? ¿O estoy estorbando algo?", pregunté, apoyándome en el marco de la puerta con una leve sonrisa.

Los dos se sintieron visiblemente incómodos.

"Claro que no, puedes entrar." Rylan se acomodó en la camilla, un poco avergonzado. El hombro estaba vendado, pero sus ojos estaban atentos y preocupados. "¿Están todos bien?"

"Sí. Al menos aquí en la mansión, todo tranquilo. En la manada... no estoy segura. Stefanos salió temprano a verificar y aún no ha vuelto." Forcé una sonrisa. "¿Y tú? ¿Cómo te sientes?"

"Vivo. Gracias a ti."

"En realidad, yo solo ayudé un poquito. Agradece a Jenna. Ella percibió tu reacción alérgica antes que nadie. Si no fuera por ella..."

"¡Ey!", inter