106. Plata alterada
Nuria
La puerta se abrió con fuerza.
Me levanté de un salto, el corazón aún acelerado por su ausencia, pero su presencia bastó para hacerme correr.
"¡Stefanos!"
Atravesando la habitación en un segundo, me arrojé contra el pecho ancho y cálido que tanto conocía, sintiendo su olor… sudor, humo… y sangre.
"¿Estás herido?", pregunté, jadeando, mis manos intentando abrir la tela rasgada de su camisa, mis dedos temblando de miedo.
Pero él sujetó mis manos con firmeza.
"No es mío". La voz salió grave, más baja de lo normal. Todavía llevaba la guerra. "Es de Rylan".
"Rylan…", susurré, sintiendo el suelo vacilar bajo mis pies. "¿Él…?"
"Está vivo. Pero recibió una flecha. De plata".
Me cubrí la boca con la mano. El mundo giró por un segundo.
Stefanos me atrajo de vuelta a su pecho, sus brazos envolviendo mi cuerpo como si quisiera esconderme de todo lo que existía afuera.
"Shhh… Respira conmigo". Él apoyó su frente en la mía, su mano deslizándose por mi nuca con una delicadeza que me desarmaba