Esa madrugada fue el inicio de un nuevo cambio y aunque Helena no sabía el motivo de ese viaje, algo en su interior le decía que era algo muy importante y confiaba en que él llegaría a tiempo a la boda de Eduardo y Jenny.
En el desayuno, Helena les informo a sus hijos sobre lo que habia ocurrido.
- ¿Se fue? – pregunto asombrado Alejandro.
- Si – contesto la pelinegra dejando escapar un suspiro.
- ¿A dónde fue papi? – pregunto Sara, quien igual estaba preocupada por esa noticia.
- No sé muy bien a donde fue o el motivo de su viaje, pero lo note muy serio y decidido.
- Bueno cuando papá quiere algo, no descansa hasta conseguirlo – opino Alejandro – pero me preocupa un poco que fuera un viaje repentino.
- Confiemos en tu padre y en su gran juicio – menciono Vanessa, tomando la mano de su esposo para sonreírle y buscar animarlo.
- Tienes razón amor, pero eso no quita que me preocupe, ya que, pese a que odia que le diga viejo, él ya es mayor y me gusta cuidarlo – dijo Alejandro.
- Igual yo