110 - EPÍLOGO.
La nochebuena estaba en su apogeo en el acogedor departamento de Margaret. La mesa estaba bellamente adornada con velas y adornos navideños, y estaba repleta de deliciosos platillos tradicionales. Margaret, sentada en la cabecera de la mesa, miraba a su alrededor con una sonrisa nostálgica. A su lado estaban sus amigos más cercanos, Lily y Sofía, y su hermano Armando. Aunque algunos familiares habían decidido pasar las fiestas fuera de la ciudad, el cálido ambiente en su hogar era innegable.
— Es una noche estupenda, Marge. Estoy feliz de pasarla con ustedes — dijo Lily, rompiendo el silencio con una sonrisa.
Margaret la miró con cariño y recordó un momento del pasado.
— ¿Recuerdas cuando tropecé con el pastel? — preguntó Margaret con una sonrisa traviesa.
Lily rio, recordando claramente aquel día.
— ¡Ese fue uno de los días más vergonzosos y felices desde que te conocí! — dijo Lily entre risas —. Su cara estaba repleta de masa con chantillí.
Armando, fingiendo estar ofendido, intervi