Groelandia, 1814.
El Monstruo de Frankenstein salió de la Esfera furioso y rugiendo, y sacó a Tony de un jalón. Éste sintió el tremendo frío del ambiente y cayó sobre la nieve empezando a temblar y castañear los dientes casi de inmediato.
—¿Qué hacemos aquí? ¡Maldición! —bramó furiosa la Criatura y aferró a Tony de las solapas elevándolo varios metros sobre el suelo.
Pero Tony no pudo responder por el frío y el miedo, así que lo lanzó lejos.
—¡Hey! —gritó una voz que Tony reconoció. Sobre una colina nevada estaba Astrid, toda abrigada de pies a cabeza como una esquimal, sosteniendo un arpón en la mano derecha. —¡Un Jotun! —dijo al observar al monstruo en referencia a los temidos gigantes de hielo de la mitología nórdica.