CAPÍTULO XIII CAMINANTE EN LA ETERNIDAD (II)

Alaska, Estados Unidos, dos semanas después.

Jonathan escuchaba los desaforados gritos de su esposa Amanda en la celda contigua, los cuales le dolían mucho más que las heridas infringidas en su torturado cuerpo. La mujer había pasado de emitir alaridos de dolor y desesperación a simples gemidos ahogados y finalmente, calló. Unos minutos después, la sombría figura de Haru recorrió el escabroso pasillo de la prisión para disidentes y abrió la compuerta donde hasta hace poco estaba Amanda.

 En la celda había un escenario macabro y espeluznante; sangre que pintarrajeaba las paredes y restos humanos desperdigados por doquier, y en el centro, un cruel torturador que se saboreaba siniestramente mientras se encontraba arrodillado en la celda, extasiado de orgásmico placer después del horripilante crimen que había perpetrado.

 —Bien he

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo