En el auto voy pensando con frustración en lo que tendré que soportar en la cena con Teodoro y su hija, pero no me queda de otra, cuando mi madre se de cuenta que lo que decía era cierto no podrá obligarme a nada. Mis padres son los únicos que tienen cierta influencia en mis decisiones, se que sin importar la edad que tenga ellos seguirán metiéndose en mis asuntos, me causa estrés, pero al final soy yo el que tome la decisión respecto a mi vida. Y ellos terminan en aceptarla.
—¿En que tanto piensas?—. Pregunta Arthur que es quien va de copiloto, me voltea a mirar con una sonrisa.
—Complaceré a mi madre con su propuesta .
—¿Aceptaste casarte con la hija de Teodoro Saenz?—, Inquiere con las cejas levantadas, sorprendido.
—No , pero la conoceré hoy por la noche.
—¿Y que te preocupa entonces?¿ que termines enamorado de ella?—. Expresó con burla, Armad comenzó a reírse el conducía el auto, pero eso no le impidió ir atento a nuestra conversación, mis ojos lo aniquilaron.
—N