Desde donde estaban, Analía podía ver claramente el campamento de los Maiasaura: un lugar lleno de tiendas y algunas casuchas hechas de madera. Al parecer, el campamento llevaba suficiente tiempo como para que hubieran creado una pequeña colonia.
A carrera de lobo, estaban fácilmente a unas cinco o seis horas de Agnaquela. Cuando Analía estiró la conciencia, notó que su poder tenía límite. Estaban a un par de kilómetros sobre la montaña, y para poder sentir la energía de su hermano debía estar más cerca.
« No me parece buena idea » dijo Farid « Si nos acercamos demasiado, es un riesgo. Recuerda lo que pasó la última vez »
Analía se dirigió a Barry, el joven estaba sentado, observando con los ojos entrecerrados el lugar.
« ¿No estuviste secuestrado aquí por muchos días? » le preguntó Analía « Eres el que mejor conoce estas tierras, conoces lo grande del campamento.
Barry negó con la cabeza.
« No, recuerden que me tuvieron en una jaula aislado. No sé cuántos hay »
« ¿Pero sí sabes có