C182-TE PERDONO.
C182-TE PERDONO.
Odette se detuvo al verlo.
Ragnar estaba pálido, tenía los ojos hundidos, las mejillas marcadas por los huesos. Pero fue su piel lo que la dejó helada: venas negras que se extendían por su cuello y subían por la mandíbula.
Era como si algo podrido le caminara por dentro y ella lo supo, su lobo se estaba muriendo.
Sintió una punzada en el pecho, no de amor, sino de lástima. Y Recordó cuando eran jóvenes, cuando él era todo para ella. Cuando creía que no había otro futuro que no fuera a su lado. Y ahora verlo así, marchito, la impresionaba.
Ragnar tosió de repente, y la sangre negra manchó el pañuelo que apretó contra su boca. Él lo escondió rápido, creyendo que ella no lo había visto.
—Vas a pasar —dijo con dificultad.
Odette asintió y caminó a su lado, sin rozarlo. Entraron al salón principal del castillo y lo que una vez fue hogar, ahora parecía una tumba. Las paredes estaban frías, sin vida y todo olía a polvo y abandono. Se le hizo un nudo en el estómago.
Ragnar se