C152-VULNERABLE.A la mañana siguiente, Odette abrió los ojos antes que nadie. Salió de la cama y se vistió, luego atendió a su bebe, y cuando termino, el atractivo padre de su bebe seguía durmiendo.Lo miró, pero había ternura en sus ojos.Después de todo lo que vivieron… después de arriesgarlo todo por él… no le dio ni una disculpa. Ni una palabra que reconociera el daño. Solo sexo, aunque bueno, pero eso no era suficiente.Zayden empezó a moverse y se desperezó, como un cachorro satisfecho, abrió los ojos y giró la cabeza hacia ella.Odette no esperó.—No creas que esto cambia algo —dijo, sin expresión—. Solo te usé para satisfacerme.La sorpresa se reflejó en los ojos de Zayden, quien parpadeó, y luego endureció el rostro. Aun así no dijo nada. Se incorporó, dejando al descubierto su cuerpo desnudo, y caminó hacia la silla donde estaba su ropa.Odette lo observó sin inmutarse, aunque por dentro sentía un nudo apretado. Zayden se puso los pantalones con movimientos lentos.—Bueno —
C153- PROMESAS MALDITAS.La cabaña de Zayden estaba en vuelta en una tensión palpable, solo rota por los gemidos débiles del pequeño cachorro. Su rostro estaba pálido y su respiración agitada. No había fiebre alta, no había síntomas claros… pero algo estaba mal.Algo que sus padres no podían explicar.Después de que Willow le cambiara el pañal, sintió que algo no iba bien con el bebé. No lloraba como siempre, su llanto era apagado, extraño. Así que se apresuró a llamar a Zayden y a Odette.Odette fue la primera en llegar.Ahora estaba de pie junto a la cuna, sus manos se aferradas al borde con fuerza y sus ojos vidriosos, se perdieron en un recuerdo oscuro.Cunas vacías, rostros que nunca volvieron, hijos que se habían ido antes de tiempo.—No… no otra vez… —susurró, con la voz desgarrada.Sin poder soportarlo, sus piernas cedieron y se desplomó contra el suelo, ahogando un grito en sus propias manos. El cuerpo le temblaba y su mente fue invadida por imágenes que nunca desaparecieron
C154-HUELES A ÉL.—¿Conseguiste algo interesante, mi niña?La voz de Maelor no era fría. Era peor: serena, casi paternal, y por eso mismo glacial. Kendra giró, encontrándose con esos ojos oscuros que siempre le habían parecido protectores... hasta ahora.—Padre... —tragó saliva, ocultando la mano a sus espaldas—. No es lo que parece.Maelor entró sin prisa y la puerta se cerró sola tras él.—¿No? —paseó los dedos sobre el escritorio, evitando deliberadamente el compartimento abierto—. Entonces dime, ¿qué parece?—Yo… solo buscaba tinta para...—¡Mientes mal! —cortó él, repentinamente—. Y eso me decepciona. Pensé que te había enseñado mejor, hija.Él avanzó y Kendra cerró los ojos y explotó.—¡Lo sé todo! —gritó—. Sé que eres la Bestia y el padre de Zayden….Maelor se detuvo, pero en sus ojos no había sorpresa.—Debí suponer que él te lo diría. ¿Cuándo fue? ¿Cuándo fuiste a mendigarle amor antes de que se lo llevaran?Ella retrocedió, con las náuseas trepando por su garganta.—¿Cómo...
C155- QUIERO QUE LO MATES.—¿Kendra? —dijo, perplejo—. ¿Qué haces aquí?La loba llegó agitada, pálida, con los ojos rojos y los labios apretados. Y Zayden no lograba entender cómo lo había encontrado.De inmediato, varios guerreros dragón la rodearon y la sujetaron, y ella forcejeó con desesperación.—¡Tengo que hablar contigo, Zayden! ¡Es importante!Los gritos hicieron que Odette saliera de la cabaña. Y se detuvo en seco al verla. Su rostro se endureció al instante, así como la rabia le subió por el pecho.—¿Qué hace ella aquí? —escupió.Zayden frunció el ceño y se acercó a Kendra, ignorando por completo a Odette.—¿Cómo sabías que estaba aquí? ¿Quién te lo dijo? ¿Maelor lo sabe?Kendra negó rápido con la cabeza y los ojos muy abiertos.—No... Maelor y Rodrick creen que estás muerto. Yo... escuché por accidente a dos de los guerreros de la manada de Alma hablar sobre la aldea de los dragones y que ella estaba ayudándote. —La garganta de Kendra se cerró—. Tenías razón…Los ojos se le
C156- SI LOGRAS TENER ÉXITO.Odette entró en la cabaña, llena de angustia. Su mirada fue directa a la cuna, donde el bebé yacía con el pequeño rostro arrugado por el llanto.—¿Qué pasa, mi amor? —susurró, mientras extendía las manos para recoger al bebé.Pero en cuanto tocó al niño, una extraña sensación la recorrió. El bebé se agitó, retorciéndose, y su llanto se volvió más áspero, más gutural, como si algo dentro de él luchara por salir.La ansiedad comenzó a apoderarse de ella, y lo que vio a continuación la dejó helada. Los ojos del cachorro, antes azules, ahora brillaban con un rojo opaco; las pupilas se contraían en finas líneas negras, como las de un depredador.—No…Luego soltó un grito ahogado cuando vio las marcas rojas debajo de la piel, pequeñas hileras de sangre que se expandían como raíces envenenadas.—¡No puede ser! —gritó, el pánico invadiéndola mientras tomaba a su bebé y lo abrazaba.Noah, que había entrado detrás de ella, retrocedió unos pasos, palideciendo. Los oj
C157- UN DIOS.Zayden cerró la puerta de la cabaña con más fuerza de la necesaria, pero Odette ni siquiera se inmutó. Estaba de pie junto al fuego, con los brazos cruzados y la mirada fija en las llamas.—No vine a discutir. —soltó Zayden, dejando caer su chaqueta sobre una silla.Odette giró lentamente y lo miró sin pestañear.—¿Qué quieres?Zayden frunció el ceño.—Tengo que armar un plan para entrar a la manada y me ausentare por unos días.—¿De verdad? —dijo ella, levantando una ceja—. ¿Y supongo que te llevaras a Kendra contigo?—Odette…—gruñó él, cansado—. Ella no vino por eso.—Lo sé —respondió Odette, con una sonrisa seca—. Y esa es otra decepción más. Porque confiaste más en ella que en tu compañera… Otra vez.Zayden resopló, se pasó la mano por el cabello y dio un par de pasos por la sala.—¡¿En serio estás diciendo eso?! —el alzó la voz, girando para encararla—. ¡Ese día yo estaba encerrado en una maldit4 carreta, Odette! Amarrado con plata. Y tú… tú estabas planeando un mal
C158- ¿TE GUSTA ESPIAR, ALFA?La puerta del gran salón del castillo reventó contra el muro. Rodrick entró como un huracán y, sin mediar palabra, lanzó una lanza a los pies de Maelor. El metal vibró clavándose en las losas de piedra, a solo un palmo de las botas del lobo.—¿Así que tú también eres una bestia? —escupió.Maelor no se inmutó. Solo alzó una ceja, como si el muchacho fuera un cachorro gruñendo sin dientes.—Sí. Pero tú eres demasiado bruto para haberlo notado antes.Rodrick escupió al suelo y su mente ardía, conectando los hilos sueltos. Si Zayden era una bestia, entonces...—¡Él es tu hijo! —rugió, los puños temblando—. ¡Zayden es tu maldito hijo!Maelor sonrió, lenta y cruelmente.—Así es. Y soportó la condena como nadie... tengo que reconocerlo. —Hizo una pausa, los ojos brillando con algo casi parecido al orgullo—. Lástima que tenga el corazón de su madre.Las manos de Rodrick se cerraron con tanta fuerza que las uñas le rebanaron la piel de las palmas.—¡Eres un maldit
C159- SE ME ACABÓ EL HUMOR.—¿Te gusta espiar, alfa?Ella no se cubrió. Solo comenzó a caminar hacia él, dejando bien claro lo que Zayden ya no podía evitar mirar.Y él no respondió. Su garganta estaba demasiado seca para hablar.Odette salió del agua con una sensualidad calculada, cada paso haciendo que sus caderas se balancearan, las gotas resbalando por su vientre y sus muslos...—¿Nada que decir? —preguntó, acercándose hasta que el calor de su cuerpo rozó el de él—. Qué raro. El gran Alfa Zayden, sin palabras.Él tragó, pero no retrocedió, sus ojos ardían, devorándola.—No deberías estar aquí desnuda —logró gruñir, aunque su voz sonó más ronca de lo que hubiera querido—. Cualquiera podría verte.Odette rio bajo y malicioso, mientras al mismo tiempo, deslizaba una mano por el pecho de él, sabiendo muy bien el efecto que tenía.—¿Y qué? —susurró—. ¿Te molesta que otros me miren? ¿O solo te molesta que no seas tú el que me toque?Zayden no pudo evitar el gruñido que le escapó al sent