C75- INSACIABLE Y PERFECTA.
C75- INSACIABLE Y PERFECTA.
La tarde se filtraba dorada por los ventanales del salón de la mansión Klein. El aire olía a jabón suave y a talco, mientras Adler, con la espalda apoyada en el sofá, mantenía a su hijo de tres meses, Alex, durmiendo sobre su pecho. El bebé respiraba con un ritmo tranquilo, y su puñito no soltaba el dedo índice de su padre. Mientras tanto, Lily, de rodillas frente a ellos, agitaba un sonajero con forma de estrella de mar. Desde la puerta, Gianna observaba la escena, apoyada en el marco, disfrutando del momento familiar.
—Y entonces —dijo Lily, muy seria—, la princesa le dijo al dragón: “¡No puedes comer mis galletas! ¡Son de jengibre!”. Y el dragón se puso a llorar.
Adler sonreía con paciencia y calidez. No tenía prisa, no necesitaba mover nada; simplemente estaba allí, presente para sus hijos. Luego, ladeó la cabeza hacia Gianna, sin soltar al pequeño Alex.
—Creo que heredó tu don para negociar —murmuró, con un guiño.
Ella arqueó una ceja como quien ya lo