C34- BESOS QUE QUEMAN.
C34- BESOS QUE QUEMAN.
Kate subió las escaleras del edificio de Aisling en silencio, cuando entro Oliver estaba dormido en el sofá, con una mantita hasta el cuello y la tablet encendida aún con un video de dinosaurios. Sonrió y le acarició el cabello.
—Mamá ya llegó, mi amor —murmuró, y Oliver apenas abrió los ojos para regalarle una sonrisa somnolienta.
Pasó un rato abrazándolo, sintiendo su calor y se recordó que ese era su norte, su prioridad.
Pero tuvo que dejarlo y volver a la mansión, porque Valeria —la ex empleada de Julián— había accedido a reunirse con ella temprano por la mañana. Necesitaba esas pruebas, era de caracter urgente. La primera audiencia del juicio sería en dos días, y si no tenía evidencia sólida, Julián la aplastaría en el tribunal. No podía permitirlo, no cuando eso significaba su libertad.
Estacionó el auto frente a la casa y su ceño se frunció cuando vio el Maybach negro.
—¿Qué demonios…? —susurró, apagando el motor.
No necesitaba adivinar. Sabía perfectamen