C142- ¡ZORRA ENGREIDA!
El corazón de Kate se detuvo por un segundo y su mano apretó el teléfono con más fuerza de la necesaria.
—¿No tienes nada que decir? —continuó Alejandra con esa frialdad disfrazada de cortesía—. Qué raro. Pensé que estarías celebrando. Digo… ¿No es eso lo que hacen las mujeres como tú? Las que se conforman con las sobras que dejan otras.
—¿Qué quieres?
—Hablar. No suelo rebajarme a este tipo de encuentros, pero contigo... haré una excepción.
El silencio entre ambas se volvió denso, como si cada palabra dicha acabara de establecer el tono de una guerra no declarada.
—Esta bien —dijo Kate sin titubear.
—Bien, tenviaré la dirección, espero que no te tardes.
La llamada se cortó y Kate bajó el teléfono con la mandíbula tensa y el pulso acelerado. Miró por la ventana de su oficina; la ciudad seguía igual… pero su día había cambiado por completo.
Más tarde, llegó puntual. El lugar era elegante, sobrio, un salón de hotel reservado para reuniones privadas. Alejandra h