Ambos insistieron en quedarse en el hospital para acompañarlos, argumentando de estaban preocupados; además de que ya se encontraban ahí. Por desgracia y por más buenos que pudieran ser sus argumentos, no lograron nada y al final terminaron por echarlos.
El matrimonio había sido tan apresurado que no tuvieron tiempo de decidir dónde vivirían durante el plazo de un año, el cual se había estipulado para aquel extraño acuerdo.
Por desgracia y ya que no tuvieron tal previsión, no tuvieron más opción que dirigirse al apartamento de Alexander. Ella había estado viviendo en casa de sus padres; por lo cual aquel era sin duda un mejor sitio para tener la privacidad que necesitaban y es que nadie debía darse cuenta de la farsa en que vivían.
Él vivía en el último piso de un moderno edificio, muy cerca de las sedes de sus empresas; lo cual resultaba ser una verdadera ventaja. Se dirigieron hacia haya en silencio, cada uno concentrado en sus propios asuntos.
Apenas arribaron, Emilia volteo a ve