Capítulo 1350
Salvador ni le dio tiempo de reaccionar: alzó el brazo para rematarlo.

—¡Salva! —Martina se asustó—. ¿Qué haces? ¿Por qué le pegas?

—¡Te acosó! —la miró con una oscuridad cerrada en los ojos, negra, sin una hebra de luz.

A Martina se le apretó el pecho.

—No fue… —alcanzó a decir.

—¿No? —señaló la copa—. ¿Y ese trago? ¿Para qué te lo dio?

—Cof, cof… —el muchacho, ya arrepentido, intentó explicarse—. Señor, pensé que su esposa estaba sola. La copa era para disculparme…

—¡Cállate!

Salvador tensó todo el cuerpo; iba a volver a golpear.

—¡Salva! —Martina lo abrazó por la cintura—. ¡No! Sí, vino a coquetear, pero cuando le expliqué, se iba a ir. No pasó nada más.

Él la miró, rígido, sin terminar de creer.

—Es verdad —insistió. Nunca lo había visto así. Por un desconocido que ni había tocado un límite, ¿por qué esa reacción tan feroz?

No lo soltó.

—¿Qué te pasa? ¿Eh? —y, de pronto, cambió el tono—. Esposo, no me asustes, ¿sí? Me da miedo.

La palabra lo aflojó un poco.

Martina se apretó más co
Sigue leyendo este libro gratis
Escanea el código para descargar la APP
Explora y lee buenas novelas sin costo
Miles de novelas gratis en BueNovela. ¡Descarga y lee en cualquier momento!
Lee libros gratis en la app
Escanea el código para leer en la APP