Cap. 23 El inevitable encuentro.
Eva fue directo a donde se hallaba aquel hombre. Él la vió y levantó su mano para saludarla.
—Vaya, me recordó, eso es bueno.
—Señorita, quien podría olvidar a una belleza exótica como usted.
—Okey ya, me halaga, muchas gracias señor ...
—Isaac, ese es mi nombre, ¿y el suyo?
—Soy Eva, mucho gusto. Creo que se perdió o ¿esta buscando algo o alguien?
—Bueno, ya que lo menciona. Si, estoy buscando a una persona muy importante para mi jefe. Es ella, su nombre es Isabella, ¿por si acaso la ha visto?
Eva miró la fotografía con asombro, trató de disimularlo y negó con la cabeza, para luego mirarlo de frente.
—Es una mujer muy hermosa, ¿es la novia de su jefe?
—Es su esposa, y está al borde del colapso porque no puede hallarla.
—Entiendo. La verdad es que no la he visto por aquí. Me gustaría tanto ayudarlo en su búsqueda, pero se está haciendo tarde y debo volver a casa.
—¿Me permite acompañarla? Si no hay ningún inconveniente.
—No se preocupe, vine con unos amigos, y quedamos en encontrarno