—Karen Soto—respondió la joven.
Karen tenía el cabello largo y daba una impresión de fragilidad. Era delgada y parecía algo tímida.
Aunque su figura era similar a la de Lucía, su rostro se parecía más al de Camila: siendo inocente y puro, el tipo de chica que difícilmente un hombre podría rechazar.
La dueña del club le explicó en detalle a Lucía:
—Es una de nuestras chicas nuevas. Es muy hermosa y aún está en proceso entrenamiento. No ha trabajado todavía. Viene del campo, su madre está muy enferma y necesita dinero urgentemente. Su historial está completamente limpio.
Lucía pensó que era perfecta. Joven, hermosa y capaz de despertar el instinto protector de un hombre. Tal vez el tipo que le gustaría a Mateo.
—La elijo a ella—dijo Lucía.
Karen, sin saber para qué la habían llamado, estaba visiblemente asustada y nerviosa. Balbuceó un poco:
—¿Qué quieren que haga? Soy nueva aquí, pero no vendo mi cuerpo. No haré nada que implique prostituirme.
Lucía, comprendiendo de inmediato su nerv