Ella tampoco podía negarse a hacerlo.
—Está bien.
Lucía añadió: —Las palabras se las lleva el viento. Para demostrar que no irás contra Mariana, escríbeme un acuerdo y listo.
—Está bien lo haré.
Julia, para evitar que Mateo la responsabilizara, no tuvo más remedio que aceptar.
En menos de tres minutos, Julia redactó el acuerdo e incluso dejó su huella dactilar para autentificarlo y todo quedó arreglado.
Sin embargo, cuando se lo mostró a Lucía para su aprobación, Lucía le indicó con un feo gesto: —Tu promesa es con Mariana.
Julia tuvo que entregárselo a regañadientes a Mariana.
Mariana le echó un vistazo. Julia había escrito bastante rápido, pero inesperadamente, Mateo añadió: —Javier, haz los contactos necesarios. Por incitar de forma deliberada a la opinión pública, ¡que la detengan unos cuantos días!
—Sí, señor.
Javier respondió respetuoso.
Julia quedó aturdida. También era diseñadora de moda, una pintora de cierto renombre, e incluso era la hija de los Rivas. Si la detenían por uno