—¡Lucía, poseemos problemas!
Lucía, que acababa de arreglarse en el baño, vio a Paula corriendo agitada y preguntó:
—¿Y ahora qué pasa? ¿Por qué tanto alboroto?
—¡Tienes problemas!
Paula no podía creer que algo así estuviera sucediendo.
—¿Yo? —preguntó Lucía con calma—. ¿De qué hablas?
—Tu tía y tu prima...
Al oír esos nombres, Lucía se encolerizo. Solo escucharlos ya presagiaba problemas.
Entonces vio la transmisión en vivo en el celular de Paula.
Su tía y prima, al no poder sacarle dinero directamente, ahora se hacían las víctimas frente a los periodistas para dañar su imagen.
E incluso inventaban cosas.
Decían que habían gastado todos sus ahorros en su educación universitaria.
Que apenas consiguió un buen puesto en la empresa, renegó de su familia y no se preocupó por sus tíos.
Que nunca les había dado ni un centavo.
Que por gastar sus ahorros en su educación, su prima no pudo entrar a una buena universidad.
Que ahora que tenían problemas, Lucía los abandonaba y dejaba morir a su t