DÍAS DESPUÉS
Me fui a un pequeño bar a tomarme un trago; estaba un poco cansado y lo único que me ayudaba con el estrés era ver personas ir y venir, una mala costumbre según Jacob, pero me daba igual.
— deberíamos irnos ya — me dijo Jacob de mal humor.
— Relájate, hoy estoy cansado y no quiero discutir con nadie — le dije.
Miré por la ventana del bar, sonreí un poco al ver a la chica de aquella vez; se veía aún más bonita que ese día.
— Espera aquí — le dije a Jacob y salí del bar.
La chica era pequeña, con cabello corto por la mandíbula, ojos grandes y expresivos; parecía un gatito.
— Qué bueno volver a verte — le dije, y ella me miró con sus enormes ojos.
Ella se dio la vuelta, ignorándome por completo, algo que no toleraba, pero de alguna manera me encantaba que viniera de ella.
— ¿Saliste despavorida de mi casa, tanto miedo doy? — le pregunté.
Ella se dio la vuelta y me miró; sus ojos marrones brillaban por la furia.
— No te tengo miedo, más bien tú deberías tenermelo a