Al cabo de un rato de estar montando, decidimos descansar, imaginando formas en las nubes.
- ¡Te tengo una sorpresa!
- Ah sí ¿Cuál? ¿Cuántas son?
-Las que sean necesarias con tal de verte sonreír siempre. Sígueme. –Señaló, mientras corría.
-Espera. Grité tratando de alcanzarlo.
-Deberías correr más rápido. –Dijo, en tono burlesco.
- ¡Oye no seas así!
- ¿Aja pequeña, tu no estas acostumbrada a trotar en la playa? ¡Ya deberías haberme pasado!
Cuando escuché su tono burlesco, me hizo recordar que, siempre le ha encantado retarme. Algunas veces ganaba él y otras ganaba yo, pero esta vez no me iba a ganar, pues ciertamente él tenía razón ¡Soy una chica que le encanta trotar! Inhalé profundamente, to