23. Despertar de una pesadilla (CALIPSO)
Acababa de llegar al hospital, en taxi, tras recorrer cada rincón de este, encontré a Diego, Marina, Mario, Annie y el señor Gil con el rostro desencajado, en la sala de la UCI mientras Annie fijaba su vista en mí, y sus lágrimas salían.
Negué con la cabeza, incapaz de creer que aquello fuese cierto, pero al mirar al rostro del resto de los presentes lo comprendí.
- Lo siento – comenzó Annie, mientras yo negaba con la cabeza, una y otra vez, sintiendo como algo se desgarraba dentro de mí y mis lágrimas salían, a borbotones – los médicos no han podido hacer nada.
- Noh – grité, en medio de aquel caos, mientras mi hermano me cogía de la mano, intentando reconfortarme - ¡Noh! – volví a gritar, mirando hacia los presentes, que bajaban la mirada, aterrados por aquella terrible noticia