Theo se despojó de toda su ropa, a pesar de que tenía los ojos de Adén clavados en su cuerpo esquelético. Se quedó solo con el bóxer blanco puesto y cuando fue a agarrar un short que estaba sobre un banco cerca de la cama, su compañero se le abalanzó para besarlo como un animal devora a su presa.
No obstante, el muchacho pausó aquella escena fogosa y se puso rápidamente el short. Al mismo tiempo que empezó a buscar un suéter holgado entre sus prendas usadas para encimárselo.
Por su parte, Adén se hizo a un lado pensando en lo que acababa de pasar. Donde los labios pasearon entre melodías inexistentes, pero que hacían juego con una tonada armoniosa y fructífera para aquel momento en que ambos cuerpos se apretujaron rozando sus lenguas. Uniéndose pecho a pecho en medio de agarradas de brazos y espalda. Momento mágico frenado por el miedo de Theo.
Al ver la reacción de su compañero Adén decide salir de la habitación y se sienta sobre el sofá.
—Disculpa—d