Aria
El silencio pesa sobre mí como una carga imposible de ignorar. La ciudad late a través de las ventanas abiertas, pero yo no escucho nada, solo el estrépito de mi propio corazón.
Es difícil poner en palabras lo que siento, porque todo lo que está pasando parece tan irreal. Tan... grande. Tan definitivo. Como si cada acción, cada palabra, cada mirada de Alexei estuviera escribiendo un futuro que no puedo entender, pero que ya estoy empezando a desear.
Me despierto cada mañana con la sensación de que mi vida está a punto de cambiar, y, al mismo tiempo, que ya ha cambiado para siempre. La pregunta es: ¿soy lo suficientemente valiente para tomar lo que me ofrece o lo dejo ir?