Emma
Apenas entré en la cocina mi mente volvió a nuestra cita con mi jefe.
Las estrellas artificiales del techo brillaban, pero lo que más captaba mi atención era cómo Theo miraba a Oliver, con una mezcla de admiración y ternura.
Cuando llegamos a la sala principal, Oliver se acomodó en primera fila, sus manos habían tomado una Tablet para investigar los datos de las estrellas que íbamos a ver.
Theo se sentó junto a él, mientras yo los observaba desde el otro lado.
— ¿Sabías que algunas estrellas que vemos ya están muertas? —murmuró mientras pasaba los dedos por la pantalla.
Theo sonrió.
— No ¿Cuál es tu favorita?
Oliver levantó la mirada al techo, sus ojos repasaron cada una de ellas, hasta apuntar a uno de los costados.
— Betelgeuse —lo observó —. Es una supergigante roja, pero está a punto de explotar en una supernova —tocó un video que simulaba la explosión —. Va a ser increíble cuando lo haga, aunque nosotros no estaremos aquí para verlo.
Su manera de decirlo, como si hablara de