Adam
Estaba jodido, totalmente jodido. Esta semana había sido una de las peores. Y él único culpable era yo.
Cuando le comenté a mi papá lo que Raquel pedía para ser su testigo en su juicio, él no se lo pensó dos veces y le proporcionó un lugar seguro.
Nuestra casa
¡Nuestra jodida casa!
En el patio trasero mi padre tenía una pequeña casa de dos habitaciones donde guardaba herramientas y un montón de cosas. Mandó a arreglar una de las habitaciones y es allí donde se encuentra viviendo Raquel.
Cuando él me mencionó, me reusé por completo. Pero &e