Capítulo 4.

Dorian: 

Es horrible, es detestable, es todo lo que esta mal en el planeta tierra. En mis treinta años, he conocido personas de todos los tipos, tanto buenas como malas, pero ella. Ella es todo lo que esta mal sobre el ser humano. 

Es mimada, grosera, mal educada ¿mencioné que era grosera? Si, es realmente grosera. 

Admiro la paciencia de mi hermano al soportarla de esa manera, honestamente yo, no la soporto. Si, es muy hermosa para que negarlo, pero su personalidad la hace lucir horrible. Además de lo exigente y pedante que es, ahora entiendo por que el señor Morgan la envió desde New York a Texas. 

No hay que ser demasiado listos o conocer la historia, pero se que es por su comportamiento tan prepotente. 

Desde que llegó, que ha sido solo un dia, no ha hecho más que quejarse de todo, que si el olor,  que el calor, que no hay seña, que esto, que lo otro. Su voz es irritante, además de la manera en que habla como si fuese de la alta sociedad me enferma. 

Lo peor de esto, es que su padre nos encargo de cuidarla a toda costa. Nos dio reglas estrictas de que no debemos dejarla dentro de la casa sin hacer nada, para mi es una enorme ventaja por que esa niña mimada, tiene mucho que aprender de la vida. 

—Ahí viene —escuché a mi hermano. 

Ella venía bajando las escaleras con mucho cuidado, como si tuviese miedo de quebrarse los tobillos o algo asi. 

—Que dramática. 

—Dorian, por favor.. 

—Cuando pierdas la paciencia, me entenderás. 

Ella terminó de bajar los escalones, al menos se puso las botas que Ryan le dio. Queria reirme por el sombrero que tenia, era grande y demasiado exagerado, pero si, se ve costoso. Tenía lentes de sol y se estaba colocando bloqueador en la cara, cuello y brazos. 

—Si esta lista, podemos comenzar. 

—Antes de eso —alzó la mano— ¿A que hora se comienza a trabajar aquí? Digo, por que escuche ruidos y aún no había salido el sol. 

—A las cinco de la mañana comienzan a llegar los trabajadores —respondí—, se desayuna a las seis y se comienza a las siete. 

—Están locos —dijo ella con disgusto—, el ser humano tiene que dormir al menos ocho horas. 

—Aquí no —le dije en tono gélido—, aquí se tienen obligaciones y deberes... 

Ella no respondio a lo que le dije, mejor asi, asi me evito disgustos tan temprano. 

Ryan la guió hacia los establos para comenzar con el recorrido. Honestamente ella no estaba prestando la mas minima atencion, solo alzaba su teléfono para buscar señal. Yo, estaba perdiendo la paciencia. 

—Señorita, deje el teléfono ¿quiere? —me detuve— Aprecie lo que está haciendo mi hermano que es explicarle lo que hacemos. 

—A ver Doni. 

—Dorian —dije entre dientes—, le he dicho que me llamo Dorian. 

—Es lo mismo... 

—A ver los dos —Ryan se puso en medio de ambos—, señorita, estamos haciendo un enorme esfuerzo por tratarla con respeto, pero usted no colabora con nosotros... —Ryan le quitó el teléfono. 

—¡Oye! ¡Dame mi teléfono, estúpido! 

—No le daré nada, al menos que decida prestar atención a lo que estamos explicándole, cuando termine la jornada del dia, se lo dare —lo guardó en su bolsillo delantero—, sigamos. 

Ella dio un pisotón al suelo y comenzó a caminar detrás de Ryan. Que le haya quitado su teléfono, no significa que quiera prestarle atención. 

Aun así, mi hermano con toda la paciencia del mundo siguió explicándole que es lo que se hace en la hacienda. De cómo los trabajadores hacen su labor con la siembra, la cría de animales, de cómo hacemos el queso, el cuidado de los animales entre otras cosas. 

—Yo, soy veterinario —dijo mi hermano— mi trabajo aquí es estar al pendiente de todos los animales y darles el cuidado que necesitan, mi hermano es Ingeniero agrónomo, esta al pendiente de las cosechas e insumos. 

—Vaya, creí que no eran profesionales. 

—Pues lo somos —ella me miró—. Y bastante calificados, por algo somos los capataces de la hacienda de su padre. 

No me gusta ser grosero con nadie, pero a las personas como ella, hay que bajarlas de su nube de inmediato. Solo por que creen que son millonarios, tienen aires de grandeza y les da el derecho de pisotear y denigrar a todos solo por sentirse superiores. 

—¿Qué es lo que tengo que hacer? —preguntó con fastidio. 

—Su trabajo sera acompañar a Dorian el dia de hoy para que lo ayude en lo que sea, mañana, vendrá conmigo y asi será, un dia con el, otro dia conmigo.. Le daremos herramientas para que trabaje, además de algo mas cómodo, no puede trabajar con esa ropa. 

—¿Que tiene mi ropa?

—No es la adecuada para el trabajo, necesita algo cómodo para que pueda moverse con facilidad, además de camisas frescas ya que aquí hace calor. 

—Como sea, solo quiero hacer el trabajo para irme de aquí pronto. 

—Bien, Dorian —mire a mi hermano— ¿que hay para hoy?

—Pues subir el maíz y el arroz a los camiones para la fábrica, hay que contarlos y pues recibir el pago, luego ir a arreglar el sistema de riego para el trigo. 

—Perfecto, lleva a la señorita para que sepa que hacer. 

—Bien —mi hermano se fue, yo le pedí que me siguiera a los establos para tomar uno de los caballos. 

—¿Voy a montar uno de esos? 

—Si —entramos a uno de los establos—, a dónde iremos no es lejos, pero dudo que quiera ir caminando. 

—No pero... No se montar a caballo —la mire, ella parecía asustada—, puedo caerme y morirme ¿sabes lo doloroso que seria eso?

—¿Que? —me rei— ¿Como sabe si morir es doloroso o no?

 —Olvidalo ¿quieres? No pienso montarme en un caballo. 

—Escuche señorita, hemos perdido muchas horas de trabajo por esperarla a usted, lo que debo hacer es importante. 

—Pues no me importa, no subiré al caballo. 

—Por todos los dioses existentes —murmuré—, bien, entonces suba a uno conmigo. 

—Estas loco si crees que me subiré a un caballo contigo —negó—, no lo haré. 

—Entonces váyase —me acerque a ella—, yo tengo demasiadas cosas que hacer como para perder mi tiempo aquí con usted. 

Su actitud me desespera demasiado. Jamás en mi vida me ha tocado lidiar con una persona asi, ni siquiera Dannielle se comporta de esa manera. 

Es desesperante. 

—Subiré al caballo —dijo—, pero si me sueltas, te saco los ojos. 

Me acerque al puesto en donde estaba mi caballo, era un purasangre de color café, hermoso y enorme. Fue un regalo de parte del señor Morgan por el buen trabajo que hacíamos en la hacienda. Mi caballo se llama trueno y el de Ryan, tornado. 

Lo saque de su lugar hacia afuera del establo. Comencé a colocarle la silla y todo los implementos para poder montarlo. Ya listo, extendí mi mano hacia ella. Un poco dudosa la tomo, queria reirme por lo pequeña y delicada que era su mano. 

Con cuidado la subí a la silla para luego hacerlo yo quedando detrás de ella. 

—No tema —le dije al oído—, que antes de que se caiga, lo hago yo primero. 

Eché a andar a Trueno directo hacia el área de los camiones y el cargamento. 

La hacienda Morgan, era una de las mas grandes del condado, dentro de los terrenos se encuentran mas de quinientas hectáreas en donde todas estan ocupadas de siembra, tanto como verduras, frutas y granos. 

Por supuesto que hay maquinaria del otro lado que se encarga de procesar solo un poco los alimentos para llevarlos a las fabricas a las que el señor Morgan es socio. 

Ese hombre lo pensó en todo, es empresario multinacional en New York, pero como dijo hace tiempo, si no funcionaba allá, el tendria un Plab B y vaya que si fue un buen plan. Por que en la hacienda se hace de todo un poco, no se desaprovecha una sola hectárea. 

—¿Todo esto es de mi papá? 

—Así es, todo lo que ve, es de su padre... 

—No tenía idea. 

Ella no tiene idea de nada. 

—Aquí se cosecha de todo —comencé a explicarle—. desde frutas, hasta los granos. Hay arboles frutales por alla —señale el sitio—, otros por allá. 

—¿Que hacen con todo eso? 

—Cuando se des cosecha, se llevan a mercados, fábricas... Para el procesamiento de los alimentos. Su padre es socio de una importante cadena de alimentos, le distribuye sólo a ellos ya que aquí se cosechan alimentos de buena calidad. 

Ella no preguntó más, pero seguí explicándole lo que hacíamos aquí en la hacienda. Debía armarme de paciencia para no decirle nada indebido. Independientemente de que ella sea la que no nos pague, es la hija del señor Morgan, debía ser educado así ella no lo fuese conmigo. 

Al fin de cuentas, su padre es el que paga. 

(...) 

Más tarde. 

Después de explicarle un par de veces a la señorita para que se iban los sacos de alimentos, lo entendió. No se si lo hizo por que de verdad no entendía o por que me quería hacer molestar. 

Los sacos de alimentos semi procesados se fueron a las fábricas y yo mismo recibí los pagos de los mismos, los envié con Ryan para que en una semana fuese a depositarlos en la cuenta del señor Morgan. 

Debo decir que al menos hizo algo, contar los sacos de arroz y maíz que se iban a la fábrica. Mientras que yo supervisaba que se subieran y colocaran de manera correcta. 

Ahora, estaba en los campos de trigo, los chicos estaban parados por el sistema de riego que se había averiado. El agua es un elemento de suma importancia para la siembra, por eso no debemos dejar ni siquiera un dia en arreglarlo. 

—Oiga señor Dorian ¿en serio es la hija del jefe? —preguntó Adam, uno de los trabajadores mas jóvenes. 

—Asi es, se quedará aquí una temporada. 

—Pero se ve muy delicada —voltee hacia donde estaba ella, estaba parada debajo de un árbol. 

—Además de buenísima. 

—Oye, esta un poco demas tu comentario —lo mire con una ceja alzada—, se que solemos ser un poco brutos, pero esos comentarios hacia ella, no. 

—Oh vamos Dorian —dijo Mike sonriente—, me dirás que no esta buenisima. 

—No tengo por que responderte a eso —me puse de pie—, desde ya les digo que ni se les ocurra faltarle al respeto, recuerden que es la hija del dueño, si hay quejas sobre eso, despidanse de sus sueldos y sus beneficios. 

Ellos no respondieron pero saben que tengo que razón. El señor Morgan cuando compro esta hacienda y comenzó a ponerla a funcionar, abrió una enorme cantidad de empleos para las personas del pueblo que trabajaban duro. 

Cada empleado tiene un sueldo bastante bueno, ademas de seguro médico y beneficios para sus hijos en los colegios. Saben que si cometen una falta, serán despedidos. 

—Sigan en lo suyo... ¡Bruce, enciendelo! 

Bruce desde lejos acato mi orden y abrió la llave para verificar si el sistema de riego se había arreglado y efectivamente así fue. 

Mi atención se fue hacia los gritos de la señorita que provenían desde lejos, estaba pataleando, corrí hacia ella al ver que se llenó de agua, Bruce la cerró un segundo. 

—¡Mira como me dejaste! —gritó de manera histerica.

—Hey, cálmese —le dije. 

—¡¿Cómo esperas que me calme cuando estoy completamente mojada?! 

—No fue a propósito —dijo Bruce nervioso. 

—Tranquilo viejo, se que no fue a propósito —volví a mirarla— Déjeme ayudarla. 

—¡No quiero tu ayuda ranchero estúpido! —se quitó el sombrero y me lo lanzó— Arruinaron mi cabello, mi ropa ¡¿Sabes cuanto cuesta esta camisa?! 

Tome una larga respiración y conté hasta tres para no perder la maldita paciencia. 

—Cálmese —dije ya hastiado—, le dijimos que fue un error ¿lo entiende? Vamos a la casa para que se seque y se cambie, puede agarrar un resfriado. 

—No iré a ningún lado contigo —comenzó a caminar en dirección a la casa, estábamos un poco lejos de la misma. 

—¡Estamos lejos de la casa! —alcé un poco la voz para que pudiera escucharme. 

—¡No me importa, me voy sola! 

Le dije a los chicos que terminaran de regar el trigo y que después se fueran a la casa a terminar sus labores. Me subí al caballo para comenzar a seguirla, ella iba caminando muy enojada mientras decía cosas en otro idioma. 

—Señorita, suba al caballo —la mire desde arriba—, puede ser peligroso para usted. 

—Déjame en paz idiota —masculló. 

—No entiendo por que es tan terca ¿eh?

No volví a decir nada mas, solo la seguí en silencio mientras seguía hablando y hablando sin parar. Definitivamente esta chica es una de las difíciles que he conocido en mi vida. 

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